06 mayo 2011

Jeorgina no me ha escrito.

Aquí también hay otoño, Jema guapa, y mira que otoño tan bonito.

"El día amaneció muy helado, con un fuerte viento que mece los árboles hasta despojarlos de sus hojas amarillas, para rellenar la alfombra del inmenso suelo por donde dirigimos nuestro caminar, el sol con sus rayos no puede triunfar en estos días otoñales y solo nos otorga su luz no su calor, mi perro "Maxito" esta intranquilo, le asusta el viento que mece todo y ese ruido que deja a su paso". 

Eso me cuenta Jema guapa, que pasa ahora en Biobio. Que lejos estoy de allí, aquí, llueven rayos de luz de los árboles, ayer era verano hoy primavera.

Como le gusta la poesía, pondré unos versos de Antonio Machado, versos de otoño.

Recuerdo infantil

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón”.

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

  
Esos versos me los enseñaban en el colegio Jeorgina bonita, yo me aprendí estos otros, y se que le gustarán a Marisa reina. Son del mismo Machado.

Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.


En Libia no pasa nada, debió de ser una falsa alarma, no gastan los per
iódicos una línea. Ya solo se habla de Osama, que al parecer ha servido de escarmiento para el que tenía pensado ser malo.

Ayer me escribió Marisa, -Jeorgina dice que la traicione y no me escribió- me contaba las películas del neorrealismo italiano, de Mastroianni, de Sofía Loren y de esa gente, eran muy buenas aquellas películas. Creo que me hablo de cine porque piensa llevarme.

Me envió una foto de la Loren, que realmente está como una reina como Marisa o bonita como Jeorgina o guapa como Jema, no lo sé. Lo curioso es que nunca me enamore de Sofía Loren, después de Marina Vlady me gusto Marilyn Monroe, pero no era amor, no me hacia sangrar el corazón, era algo distinto. Quizás fue por culpa de la vecina de un primo, la llamaban Marilín y nos dejaba que la mirásemos el culo. Era muy flaquita, llevaba unos vestiditos cortos de algodón y las piernas un poquito sucias

Según las teorías de Carl Jung sobre asociación de palabras, o las de Alfred Adler que establece la "psicología individual" como teoría de la unidad del individuo que tiende a metas finales de carácter inconsciente, a mi me debieron de afectar las dos y la asociación de las palabras Marilín y Marilyn, -yo no sé inglés- me produjo como meta final inconsciente, no enamorarme de Marilyn, solo desearla. Y no me enamore, poco después, de Liz Taylor porque no había "red", en la que poder ver la supuesta foto de Liz en "bolas".

¿Ves como me enrollo Jeorgina bonita? Llevo aquí dándole al escrito, más de media página y aun no te recomendé ninguna lectura.

Para hoy creo que debería recomendarte algo ligerito y entretenido, algo que se pueda tomar junto con una crema de calabacín o con algo dulce.

La crema de calabacín es muy sencilla. Se sofríe un poco de cebolla, - en brounois- se añade después el calabacín, pelado y en trozos, lo salteas, pones un poco de mantequilla y añade caldo de verduras o de pollo para que cueza. Una vez cocido, se tarda poco, lo pasas por la batidora, salpimientas al gusto y agregas nata liquida. Preséntalo a la mesa con unos coscurros de pan frito y un poquito de perejil picado.

Para acompañar la crema, creo que lo mejor sería leer algo de Erri de Luca. Es un napolitano nacido en 1950, fue obrero de la construcción, camionero y otros oficios similares, era sindicalista y perteneció a la organización de extrema izquierda Lotta Continua. Estudia de forma autodidacta hebreo y ha traducido algunos libros del Antiguo Testamento, empezó a escribir cuando tenía cuarenta años.

He leído unos cuantos de él, pero te recomiendo “Montedidio”, es la historia del primer amor de un adolescente, en el barrio de Montedidio en Nápoles, y la relación que mantiene con el zapatero remendón de debajo de su casa. Es un libro corto, muy ameno, es una delicia y tierno como vosotras Jeorgina. Y si ese no le encuentras lee “Aquí no, ahora no”, que si le encontrarás.

Y como a Marisa reina le gustan las fotos, aquí le dejo otra. Es de Cerdeña, una estación de tren que no lleva a ninguna parte, caminante no hay camino, se hace camino al andar.

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