Hemos tenido un terremoto, ayer por la tarde. Hubo un terremoto en Lorca, una ciudad no muy grande de Murcia. Murieron ocho personas, debido a golpes por desprendimientos de cornisas y aleros.
Realmente hubo dos terremotos, el segundo le pasaron por la TV en directo. Estaban informando del temblor y enseñaban con la cámara la torre de una iglesia, en ese momento se repitió el seísmo y se vio como se venía abajo la torre, cortando la cabeza de un San Antonio. La gata no quiere salir por miedo a nuevos temblores. Hay quien dice que aquí, en Madrid, también se sintió.
Jeorgina bonita no está muy convencida de cambiar al “look” que le propuse y me pregunta que “new look” me hice yo. Para que no haya dudas lo voy a contar, me hice ondas, por atrás me cortaron el pelo muy cortito y me deje un flequillo como de cortinilla, que me tapa el ojo izquierdo. La verdad, creo que me queda bien, vamos, que al fin me he encontrado.
Le comente a Jeorgina bonita mi intención de dedicarme al culturismo, y hacer algo de ejercicio, se lo contaba para saber su opinión y solo me ha contestado con un dicho de los de ella, “movete rápido, así no se verá la mugre” con lo cual sigo sin saber qué hacer.
De Libia no te hablo, Jeorgina, -Marisa- porque la prensa diaria no dice nada, no sé, si porque ya se hizo demócrata Gadafi o porque se han aburrido los rebeldes. Los que están endemoniados con su sátrapa, son los sirios, anda bombardeando las ciudades donde se protesta. Acabarán mal algunos, ya lo veras Jeorgina.
Y vamos a lo importante, los versos para Marisa reina. Pondré unos de Pablo Neruda, como era chileno los versos también son para Jema. Neruda fue premio Nobel y según muchos el mejor poeta de todos los tiempos. Fue senador y Perteneció al Partido Comunista Chileno, vivió unos años en la clandestinidad y se tuvo que exiliar al final de los años 40, regresó a Chile en 1952 y allí vivío hasta su muerte en el 73, unos días después del golpe de estado de Pinochet. He elegido el poema “Los muertos de la plaza” de su libro “Canto general”, me ha parecido bien este, Marisa reina, porque puede servir también para sirios o libios u otros muchos.
Los muertos de la plaza
(28 de enero de 1948. Santiago de Chile)
YO no vengo a llorar aquí donde cayeron:
vengo a vosotros, acudo a los que viven.
Acudo a ti y a mí y en tu pecho golpeo.
Cayeron otros antes. Recuerdas? Sí,
recuerdas.
Otros que el mismo nombre y apellido
tuvieron.
En San Gregorio, en Lonquimay lluvioso,
en Ranquil, derramados por el viento,
en Iquique, enterrados en la arena,
a lo largo del mar y del desierto,
a lo largo del humo y de la lluvia,
desde las pampas a los archipiélagos
fueron asesinados otros hombres,
otros que como tú se llamaban Antonio
y que eran como tú pescadores o herreros:
carne de Chile, rostros
cicatrizados por el viento,
martirizados por la pampa,
firmados por el sufrimiento.
Yo encontré por los muros de la patria,
junto a la nieve y su cristalería,
detrás del río de ramaje verde,
debajo del nitrato y de la espiga,
una gota de sangre de mi pueblo
y cada gota, como el fuego, ardía.
Y para leer, como meditación en el día de hoy, te voy a recomendar Jeorgina bonita, una novelita, de las que se ven mucho por aquí. Es una novela de moda, no es una joya, pero es de una escritora nórdica (que se lleva) y se lee bien. Tiene otra virtud, trata sobre el maltrato a las mujeres y las protagonistas, la policía y la investigadora, igualmente lo son .Te hablo de Asa Larsson y la novela es “Sangre derramada”, ya verás cómo te va a gustar y la lees enseguida.
Hoy no voy a cocinar, sacaré una pizza del congelador. Si a las pizzas congeladas, les pones unos tropiezos de beicon, o de otra cosa que te guste y añades cuando ya están casi hechas, un poco antes de sacarlas del horno, un huevo, quedan para morirse.
La primavera me afecta y me entra galbana, mañana te contaré más cosas bonita.
De Jema no sé nada, seguirá entre la lluvia y la niebla mirando como los pájaros se comen la comida del perro o puede que la tristeza otoñal la tenga recluida en casa, sin fuerzas para escribir.
Marisa reina, la fotito, esta foto es sin fondo, son palomas, pero no sé de dónde. Las palomas solo las hay de dos clases, las de la paz -creo que son blancas- y las otras, estas son de las otras. "Gatita" me ha pedido que le compre unas palomitas blancas y puede que le compre una parejita, a mí también me gustan.
Por si es de alguna utilidad, algo más de Neruda
ResponderEliminarTina Modotti, hermana, no duermas, no, no duermas
tal vez tu corazon oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.
Descansa dulcemente, hermana.
La nueva rosa es tuya, la nueva tierra es tuya:
Te has puesto un nuevo traje de semilla profunda
Y tu suave silencio se llena de raíces.
No dormirás en vano, hermana.
Puro es tu nombre, pura es tu frágil vida
De abeja, sombra, fuego, nieve, silencio, espuma,
De acero, línea, polen, se construyó tu férrea,
tu delicada estructura.
El chacal a la alhaja de tu cuerpo dormido
aún asoma la pluma y el alma ensangrentada
como si pudieras, hermana, levantarte,
sonriendo sobre lodo.
A mi patria te
llevo para que no te toquen,
a mi patria de nieve para que tu pureza
no llegue el asesino, ni el chacal, ni el vendido:
Allí estarás tranquila.
¿Oyes mi paso, un paso lleno de pasos, algo
grande desde la estepa, desde el Don, desde el frío?
¿Oyes un paso firme de soldado en la nieve?
Hermana, son tus pasos.
Ya pasarán un día por tu pequeña tumba
antes de que las rosas de ayer se desbaraten.
Ya pasarán a ver los días, mañana,
donde está ardiendo tu silencio.
Un mundo marcha al sitio donde tú ibas, hermana.
Avanzan cada día cantos de tu boca,
en la boca del pueblo glorioso que tú amabas.
Tu corazón era valiente.
En las viejas cocinas de tu patria, en las rutas
polvorientas, algo se dice y pasa,
algo vuelve a la llama de tu dorado pueblo,
algo despierta y canta.
Son los tuyos, hermana: los que hoy dicen tu nombre
los que de todas partes, del agua y de la tierra,
con tu nombre otros nombres callamos y decimos
Porque el fuego no muere.
Se lo puedes leer susurrando a Marisa reina.
Lorenzo