Las palabras se consumen en mí como el día.

Hace mucho calor, no corre una brizna de aire. Se está consumiendo el día y el cielo tiene color melocotón, con un poco de pelusita por fuera.

Aquí estoy de nuevo, soñando con “Muñequita” y sin saber que escribir. Algo hace que las palabras se espanten de mí o yo me espante de las palabras. Será el calor, anoche hizo mucho calor y entre el calor y el recuerdo de “Muñequita” casi no dormí.

Jeorgina bonita, solo escribo por y para ti, pero los sesos se me están secando, ya te digo que huyen las palabras. Si te digo la verdad, tengo que esforzarme para recordar a “Muñequita”, incluso hay veces que me cuesta pensaros. ¿Habéis notado, Jeorgina y Marisa, si habéis dejado de existir algún rato? Me preocupa que deje de pensaros y tengáis vacios, o huecos en blanco, en vuestras vidas.

Las ideas no vienen, tengo que ir a buscarlas, y ciertamente, ya no está uno para tanto trajín. Me pasa lo mismo que cuenta tu paisana Ida Vitale en este poema de su libro “Oidor andante” (1972)

Mes de mayo

Escribo, escribo, escribo

y no conduzco a nada, a nadie.

Las palabras se espantan de mí

como palomas, sordamente crepitan,

arraigan en su terrón oscuro,

se prevalecen con escrúpulo fino

del innegable escándalo:

por sobre la imprecisa escrita sombra

me importa más amarte.

Y no solo me esfuerzo en ir a buscar las ideas, la gata no para de hacer planes. Quiere que vayamos el sábado al centro, a comprobar como va la organización de los escenarios para la visita del Papa. Como la gata es tan leída, me cuenta que el joven Ratzinger fue de las juventudes hitlerianas, no se da cuenta que eso no era voluntad de él, tenia 15 años y era obligatorio. Yo fui soldado por que me obligaron, y por buen comportamiento me hicieron jefecillo.

Imagínate Marisa, el sábado, con todo el centro cortado al tráfico, que estará lleno de peregrinos con sus bastones y sus conchas, y yo con la gata dándome una caminata a comprobar si esta su confesionario.

Claro termino muerto, se me espantan las palabras, las letras e incluso se me espanta el alma. Van a cortar el tráfico en las dos vías principales del centro de la ciudad durante una semana. Menos mal que con este lío vamos a ganar mucho dinero. Los organizadores de la visita, dicen que se van a ganar millones de euros. ¿Cuánto nos tocara a nosotros Marisa? Yo mi parte voy a decir que no me la den y se la envíen a los negritos de Somalia.

Pero como se que terminaré, con ella todo el día, pateando las calles de Madrid, me acercaré mañana a comprar unos filetes para empanar. Voy a comprarles de cadera, que son muy jugosos y quedan muy bien empanados. Como en tu tierra, Jeorgina, el corte de la carne dicen que es distinto, te voy a dejar un enlace del Ministerio de Medio Ambiente, de aquí, donde podrás ver el despiece del vacuno.

http://www.alimentacion.es/es/campanas/carnes/piezas_del_vacuno/reportaje.aspx

Voy a llevar los filetes porque la gata es muy fina, yo prefería llevar una tartera con hígado encebollado y sentarme en el césped del Retiro a comer. En preparar el hígado encebollado se tarda muy poco.

Como siempre se fríe cebolla, en este caso cortada en aros, cuando esté casi frita, añade sal y pimienta y un chorro de vinagre, lo dejas reducir y lo reservas. Aparte fríe los filetes de hígado, pasándolos por harina y huevo batido con perejil. Luego lo juntas y lo puedes acompañar con puré de patata o unos pimientos de Padrón.

Creo que no te he recomendado leer a Camilo José Cela, que era gallego de Padrón, un pueblo de La Coruña y le dieron el Premio Nobel de literatura en 1989. No sé qué razones hubo para que le dieran el premio. Escribía muy bien, era muy imaginativo e iba de niño malo, pero seguro que en ese momento, había escritores que tenían tantos o más meritos para ello. Él había sido presidente de una asociación de amigos de Israel en los años 70.

Sus libros son en general muy entretenidos, se mezcla el humor con lo escatológico, lo erótico, la ternura o el horror. Te voy a recomendar tres o cuatro que seguro que se encuentran por aquí.

“La familia de Pascual Duarte” que se publicó en 1942, transcurre en Extremadura, en un ambiente rural y el protagonista cuenta la historia de su vida. Una vida en la que la violencia más cruda es la respuesta a todos los sinsabores de la existencia.

En 1945 publicó en Buenos Aires “La colmena”, aquí no la dejo publicar la censura franquista, les parecía demasiado erótica en algunos pasajes. Posteriormente, aun en el franquismo, se publicó. Y Cela fue también censor en esa época, era muy de derechas, colaboró con el régimen, las malas lenguas dicen que con afán mercantilista.

Él definió  esta novela como: “la crónica amarga, de un tiempo amargo”. Se describen retazos de la historia de múltiples personajes y está ambientada en los primeros años del franquismo. Se hizo, en 1982, una película con el mismo nombre, que está muy bien. Esta novela está considerada por la crítica como una de las mejores del autor, y se consideró que con ella, se incorporaba España a la novela moderna. ¿Qué querrá decir eso? Bueno, lo que sea.

Y por último te voy a recomendar "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona" (1977). Esta escrita en forma epistolar, son las cartas que se cruzan entre Cela y un amigo. Se supone que basándose en un hecho real, narras las grandes dotes sexuales de un ciudadano de Archidona, un pueblo de Malaga. Es muy divertida y cortita.

Tengo una buena noticia Jeorgina bonita. Cristina preciosa, la corresponsal en Castilla, está bien, no le ha pasado nada. No ha podido enviarme las fotos del baile del pueblo que estuvo, se estropearon al bajarlas al ordenador, ya sabes las cosas de la informática. Me ha enviado un video con la música, le cuelgo aquí.
http://youtu.be/-8jpO2Hqbxk

La ola de violencia que se desató estos días en Londres, tengo que deciros que, no ha sido por el calor. En Paraguay, que no hacia tanto calor, ayer aparecieron dos cadáveres, de una mujer y un hombre, con cuchilladas y balazos. Al parecer pelearon, él mató a ella y luego se suicidó.

Copio parte de la reseña del Diario Popular de Asunción “Aparentemente hubo una pelea entre ellos, porque en la escena hay muchísima cantidad de sangre. El hombre presenta cortes en las manos y brazos. Hay un cuchillo en el lugar. La mujer también fue acuchillada. Los agentes hallaron en el sitio seis vainillas servidas del revólver, además de cartuchos sin percutir tanto en el arma como en el bolsillo de Florentín. Los cuerpos fueron llevados a la Morgue Judicial.” ¿No te parece bonito lo de las vainillas servidas?

Antes de poner la poesía de Jema guapa, tengo que aclararos, que la poesía de ayer no era de Mey, la confundí entre tantos correos, puse una de Vicente Huidobro, pero casi podía ser de ella, porque no sabéis lo bien que escribe. Hoy pondré una de Antonio Gamoneda (1931), un poeta español de los que me caen bien, se titula “Geología” y es bucólica o no lo es.

Algunas veces salgo hacia las montañas

a mirar a lo lejos.

Piso unas lomas donde tierra vieja

se pone hermosa con el sol y veo

subir la sombra por los cuestos.

                                 Ando

mucho tiempo en silencio.

Pero hay días que ando por estas lomas,

y miro hacia las montañas,

y ni allí hay libertad.

Y me vuelvo. Yo sé bien que es inútil

buscarla como a una llave perdida,

y que también es inútil

mirar al fondo de mi corazón.

¡Bueno!, no te he contado Marisa reina, lo que he encontrado en casa, más de 100 pasquines convocando una huelga de monaguillos. Los tenía escondidos la gata, con la intención de hacer una pegada el sábado. Por eso tenía tanto interés en que fuésemos al centro. Mira, como este. Ya ni filetes de cadera ni de babilla.