08 abril 2011

Releyendo a Kafka y pensando en Isabel II

Me encuentro en la cama releyendo a Kafka. El cielo sigue descolorido, no está azul. ¿Que estará haciendo Jeorgina? Cuando no tengo ganas de hacer nada, releo a Kafka, que es como no hacer nada, pero tú, Jeorgina, no releas a Kafka. La que sí debería releer a Kafka es la gata, a ver si con eso se olvida de Wittgenstein.

Fue un error por mi parte, que el otro día pusiese la cita de Óscar Olivera, la ha debido de leer alguno de los políticos de nuestra Comunidad Autónoma y ha decidido seguirla literalmente, que es lo peor que podía pasar. Este blog es solo para dar consejos a Jeorgina, -de momento- pero lo debe de leer más gente.

Como en nuestra Comunidad Autónoma, la empresa de distribución de agua -el Canal de Isabel II- es de todos, nuestros entrañables políticos, siguiendo el consejo de Óscar han decido venderla, para que no sea de nadie. ¿Veis para lo que sirve la globalización? Un sindicalista boliviano viene a España, dice que el agua no puede ser de nadie, yo leo la noticia en la prensa y copio la frase y al día siguiente nuestros políticos ponen en práctica lo que dijo el sindicalista, "El agua no puede ser de nadie" Claro caso de globalización.

Y como en la cama se piensa en cualquier tontería, al hilo de Isabel II, estaba recordando el retrato que pintó Federico Madrazo de esa nuestra reina y de allí, como sin querer, he pasado a los libros de Valle-Inclán, que fue medio coetáneo de ella. y la detestaba, en alguno de sus libros la llama "paloma buchona" y yo, que quiero ser parcial, os dejo el retrato de ella y vosotros juzgáis si es acertado el epíteto.

Las obras de Ramón del Valle-Inclán, son geniales, es uno de los mejores escritores españoles. Es comparable a Miguel de Cervantes, porque los dos eran mancos del mismo brazo, el izquierdo. Y además tradujo al castellano alguno de los libros de Eça de Queiros (al cual recomendé hace poco)

En esto hazme caso Jeorgina, lee de él por lo menos "Las Sonatas" (son cuatro y están en la red) en las que se relatan los amores del Marqués de Bradomín, lee también, aunque haya que comprarlas, las de la serie "El ruedo Ibérico" ("La corte de los milagros" (1927), "Viva mi dueño" (1928) y "Baza de espadas" (1932)) en estas es donde pone guapa a la reina. Y si te quedan ganas, no dejes de leer alguna de las comedias, "Cara de Plata", "Luces de bohemia" o cualquier otra o todas. En la última sale la esposa morganática del rey de Portugal, solo en un papelito secundario, pero ¿no es motivo suficiente para leerla?

En definitiva lee las que quieras porque todas están bien y son cortas, no se parecen a las de Ken Follet, que la más corta sobrepasa las quince mil páginas.(Puede que haya exagerado)

Don Ramón María del Valle-Inclán, murió en el año del señor de 1936. En enero y no estoy seguro, pero creo que el día de Santa Librada.

Santa Librada era gallega como él. Tuvo una vida ejemplar, por eso fue santa. Os cuento lo que se de ella.

Pues Librada, era gallega de familia bien, era nonelliza (nueve hermanas nacidas en el mismo parto) allá por el S. II. No os extrañéis, en el pueblo de mi abuela, había una mujer que con cuatro partos tuvo nueve hijos, chicos y chicas, mientras que Librada solo tuvo hermanas. Sigamos.

El padre de Librada la quiso casar con un pagano. Aquí las fuentes no están de acuerdo, unos dicen que era un moro de Portugal y otros que era un pagano nacional. 

Ella que profesaba la religión católica se negó y el padre la amenazo con crucificarla si no se casaba. Aquí, Librada, que no quería contravenir directamente la voluntad de su padre, pidió al Señor que la volviese fea y repulsiva, -para que la aborreciera el pretendiente- el día antes de la boda, cuando se levanto, tenia barba y el cuerpo cubierto de vello. Y claro, el pagano la aborreció y el padre del disgusto de no casarla, la crucifico.

Y esta es la edificante historia de Santa Librada, que siempre la veréis representada, como una mujer barbuda crucificada y con palma.

Ayer me pasó Jeorgina una receta para hacer galletas, aun no la he probado. Pero os la cuento y ya me diréis.

Se pone media taza de azúcar, una yema, -de huevo- lo bates, le agregas rallado grueso de peras, crudas por supuesto, cacao en polvo, nueces picadas, una cucharadita de levadura Royal, -o polvo leudante, que se dice allá- y lo vas tomando con harina, si ves que queda muy dura le agregas las claras, o no eches tanta harina.
Con una cuchara haces unas pequeñas tortitas y las pones en una asadera enmantecada y enharinada, lo metes al horno a 180° grados, no en el piso del horno sino un poco más alto y esperas un rato, ¿cuánto? pues hasta que estén doradas por encima, duritas por abajo y tiernas en el centro, esta clarísimo.

Y como hoy es viernes y no tengo ganas de escribir más, os deseo un buen fin de semana. Mañana más.

Y esta foto es para Marisa 

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