Caminar hacia atrás o adios muñeca.

Hoy se ha despertado el día en color gris, no hace frío pero está muy nublado y hay pequeños y grandes chaparrones. No podemos salir a leernos a la terraza y nos hemos sentado, como tantas veces, en la cama. La gata no está leyendo con nosotros.
 

Ayer tuve un día muy feliz, me escribió “Muñequita” y me envió una foto suya. Me contó muchas cosas, pero no quiere que nos veamos, dice que por el momento nos escribamos, que recuperemos la antigua amistad y me conforme con mirar la foto. En la foto está con el vestidito verde, pero no le recordaba igual, le recordaba con los botones blancos y desabrochados los dos de arriba. ¿No está bien en la foto Jeorgina bonita?
 

Aun conserva las cartas que escribí hace ya muchos años, me ha enviado un de ellas, mira Jeorgina que cosas la decía. 

“Te amo mi muñequita, me alegras el día con solo verte otra vez.

 Te besaría todo los días pero no te puedo ver y en caso de que me beses me derrito como miel.
Tú eres la más linda, la más linda mujer, que me pone como un trompo a girar de revés.
Que  linda es esta niña, que hermosa mujer, por eso es que te digo mi muñequita de papel.
Tu rostro es como una galaxia dibujada sobre mi piel que cada vez que la miro, me enloquezco sin saber, por eso es que eres mi más linda mujer. Solo quiero que sepas que estés donde estés yo nunca te olvidaré”

Marisa reina, Jeorgina está empeñada en hacerme olvidar a “Muñequita”, dice que es una obsesión. Me escribió ayer la carta que te copio a continuación. ¿Crees tú también que alucino?

“Estoy muy preocupada por tu obsesión con “Muñequita”. Estás alucinando… y creo que es tiempo de que le digas como Raymond Chandler: ¡“Adiós muñeca”!  Si con  la lectura aleccionadora de esa obra no es suficiente, puedes leer también “El largo adiós” del mismo  Chandler. Te lo digo porque no puedes pasarte una vida recordándola como en un  “El sueño eterno” y esperando  inútilmente  encontraros   como “Extraños en un tren”. Sería la “Perdición” para ti... “
 

Pero Jeorgina, “Muñequita” me ha escrito y me ha enviado su foto, ya la viste; si bien es verdad que no la recordaba así exactamente. Sigo con tu carta.
 

“Quise ser coherente y  ofrecerte las lecturas de alguien que conoce mucho sobre la vida,  porque el héroe de esas novelas, el investigador privado “Philip Marlowe”,  que es como tú, un idealista

romántico (aunque se muestra bajo una apariencia cínica, el autor,  no tú, ¡entiéndeme!). Es un hombre honesto que hace comentarios ácidos: “Hasta que ustedes no sean dueños de sus propias almas, no lo serán de la mía", le dice Marlowe a un policía o  "Me gustan las chicas suaves y llamativas, duras y cargadas de pecados", confiesa Philip Marlowe. Y así es Velma Valente, la pelirroja que conquista al famoso detective privado y lo envuelve en una intriga en la que el crimen se mezcla con un robo de joyas y un sucio negocio de drogas. No sé si se aplica la descripción a “Muñequita”,  pero lo que sí te puedo asegurar que la indagación en la corrupción que supone “Adiós muñeca” supuso un paso más para el autor en su personal interpretación de las convenciones del género negro. 

Te propongo que leas además  “El sueño eterno”  porque sé que te gusta Humphrey Bogart y Lauren Bacall, y ellos la interpretaron  en el cine pues Chandler escribió muchos guiones para cine. Es en  esta historia que introduce  Philip Marlowe, un maduro detective privado de 38 años, hombre de honor y un caballero moderno. ¡No me digas que no ves las coincidencias! Estupenda novela negra, tremendamente descriptiva, cada personaje o lugar te lo imaginas como si estuvieras esa noche en los callejones de Los Ángeles, dura, emocionante con diálogos muy ingeniosos.
 

De “Extraños en un tren”, -que es el guión de un libro de Patricia Highsmith que Chandler realizó- lo mejor es ofrecerte una imagen de lo que podría sucederte si persistes en esta búsqueda de “Muñequita”, pues los personajes entablan una conversación que hace que sean conscientes de que ambos tienen cortapisas para alcanzar la felicidad… No ves que ella ni lo mira… y él con su bata de seda, cautivante, susurrándole al oído:

Muñequita linda de cabellos de oro
de dientes de perla labios de rubí
dime si me quieres
como yo te quiero si de mí te acuerdas como yo de ti

Y a veces escucho un eco divino
que en envuelto en la brisa parece decir ir
Si te quiero mucho, mucho mucho…
tanto como entonces siempre hasta morir....

Ella hierática, dura…  No lo veo bueno para ti. Escucha mi consejo Arsenio. Quizá funcionaría mejor una poesía de José Caballero Bonald, pero sobre todo olvídala.

Anterior a tu cuerpo es esta historia...
 

Anterior a tu cuerpo es esta historia
que hemos vivido juntos
en la noche inconsciente.

Tercas simulaciones desocupan
el espacio en que a tientas nos
buscamos,
dejan en las proximidades
de la luz un barrunto
de sombras de preguntas nunca
hechas.

En vano recorremos
la distancia que queda entre las últimas
sospechas de estar solos,
ya convictos acaso de esa interina
realidad que avala siempre
el trámite del sueño.
 

Pensé en decirte también que leyeras de Juan Valera “La muñeca” pero lo dejamos para otro día ¿no?”

Si tenía pocas preocupaciones con la gata, ahora esto, debatiéndome entre caminar hacia atrás o estarme aletargado, o susurrar al oído de "Muñequita" la poesía. ¿Cómo olvidarla si me ha enviado su foto y conserva mis cartas? Dame algún consejo tú, Marisa reina. ¿Y a ti que te parece Jema guapa? Vaya lío. ¿Querrá Jeorgina bonita que muñequita acabe como la de esta foto?
 

De momento leeré los libros que me recomienda Jeorgina y luego haré salmorejo para cenar, y así me entretengo. El salmorejo esta incluso mejor que el gazpacho, es una lástima que no lleve pepino. Mi amiguísima Nieves hace un salmorejo que te chupas los dedos, el día de mi cumpleaños me trajo un cuenco. Es muy fácil Jeorgina bonita, ya verás.
 

Pelas un kilo de tomates maduros, añades 200 gramos de pan del día anterior, un vaso de aceite de oliva, un diente de ajo pequeño o medio diente y sal y vinagre al gusto. No pongas mucho vinagre, ya le iras cogiendo el punto. Todo troceado lo pasas por la batidora, que quede muy fino y listo. Tiene que quedar como puré, más espeso que el gazpacho, se come con cuchara y el gazpacho se puede beber. Hay que ponerlo en la nevera para que este muy frío y en el momento de servir, agregas unos trocitos de jamón picado y huevo cocido también picado. Ya me dirás si no está bueno.

 

Ayer no pude llevarte el desayuno Jema guapa, lo sentí mucho, pero hoy te pongo una foto. Son las tablillas con las "suras" del Corán que utilizan los estudiantes.